¿De dónde venimos? ¿Quiénes somos? ¿Adónde vamos? Son tres preguntas que se lleva haciendo la humanidad durante el último siglo. Todavía no ha nacido ningún erudito capaz de descifrarlas, aunque hay una de ellas que cada vez es más predecible: se trata de la tercera (¿Adónde vamos?). La tecnología está alcanzando límites insospechables y, en este sentido, IBM publica anualmente su ‘5 en 5’. Un informe sobre las cinco innovaciones destinadas a cambiar radicalmente nuestras vidas en el próximo lustro.
Como si se tratase de la carrera espacial, las compañías tecnológicas han comenzado una nueva batalla por descubrir, inventar, perfeccionar y, en definitiva, progresar dispositivos de software avanzados. A este fenómeno se le conoce como Innovación Incremental. Y es que los científicos se han marcado unas metas muy ambiciosas que permitirán lograr grandes avances en los ámbitos de la salud y el conocimiento del entorno.
1. Las palabras delatarán la salud mental
En cinco años, lo que decimos y escribimos será utilizado como principal indicador de nuestra salud mental y bienestar físico. La inteligencia artificial utilizará patrones -sirviéndose del habla y la escritura- para revelar trastornos psicológicos en etapas de desarrollo.
El funcionamiento de estos sistemas incluirá el significado, la sintaxis y la entonación de lo dicho por el individuo.
El trastorno bipolar, la depresión o la esquizofrenia son difíciles de detectar y aproximadamente la mitad de las personas que lo sufren no reciben tratamiento. Son signos invisibles por ahora, pero según revela IBM Research se convertirán en señales sobre el estado mental de una persona o la evolución de su enfermedad.
2. La supervisión estará al alcance de cualquiera
La hiperimagen es una tecnología que muestra más allá de lo que la luz hace visible mediante la combinación de múltiples bandas electromagnéticas. Existe desde hace algún tiempo, pero en los próximos años los dispositivos que la incorporen serán portátiles, asequibles y accesibles para todo el mundo.
“La visión de superhéroes puede ser parte de nuestras experiencias cotidianas”, afirman los expertos de IBM.
Los científicos han construido instrumentos durante los últimos 100 años que pueden emitir y sentir la energía en diferentes longitudes de onda. Así, han descubierto que más del 99,9 % de la realidad no puede ser observada por el ojo.
Hoy en día, ya se utilizan dispositivos para tomar imágenes médicas de nuestro cuerpo, comprobar las maletas en el aeropuerto o aterrizar un avión en el caso de niebla. Sin embargo, estas herramientas son demasiado caras y solo ven porciones específicas del espectro electromagnético.
Con la propagación de la hiperimagen, el ser humano estará preparado para hacer frente a situaciones de difícil visibilidad como conducir bajo condiciones climatológicas complicadas.
3. Comprender la Tierra a través de los macroscopios
Se estima que un científico destina el 80 % de su tiempo en depurar datos, en lugar de analizarlos y comprender lo que están tratando de decirnos. El mundo de hoy es un ecosistema complejo e interconectado por Big Data que se recopila en exabytes desorganizados.
La tarea del macroscopio no es otra que utilizar algoritmos y software de aprendizaje para organizar la información que proporciona el Internet de las cosas (Lot). Frigoríficos, bombillas, monitores de frecuencia cardíaca, drones, satélites… ya hay más de seis mil millones de dispositivos conectados que generan decenas de exabytes de datos al mes y van creciendo un 30% cada año.
Este avance va a transformar muchas industrias a tiempo real, a la vez que revela nuevas soluciones sobre algunos de los problemas más fundamentales como la disponibilidad de alimentos, agua y energía. Además, fuera de nuestro planeta, los datos recogidos por los telescopios pueden predecir las colisiones de asteroides entre sí y aprender más acerca de su composición.
4. Laboratorios médicos del tamaño de un chip
¿Te imaginas conocer al instante tu estado de salud y saber si tienes que ir a visitar al médico? A juicio de IBM Research quedan menos de cinco años para ello. La nanotecnología permitirá el rastreo de pistas invisibles en los fluidos corporales y alertar de que algo no va correctamente: un solo chip de silicio puede incorporar todos los procesos necesarios que se llevan en la actualidad en un laboratorio de bioquímica a gran escala.
Cuanto antes se diagnostica una enfermedad, es más probable de curar. No obstante, hay enfermedades que son imposibles de detectar hasta que no aparecen los síntomas. Con esta técnica será posible analizar biopartículas y enviarlas automáticamente a una base de datos que nos proporcionará una visión profunda de nuestra salud, ayudando a detener cualquier enfermedad antes de que progrese.
5. Detectar contaminantes a la velocidad de la luz
La herramienta permitirá evitar catástrofes a gran escala. La mayoría de los contaminantes son invisibles al ojo humano hasta que sus efectos los hacen perceptibles. Una red de sensores de este tipo proporcionará un seguimiento continuo de una gran infraestructura de gas natural. El utensilio permitirá encontrar fugas en cuestión de minutos en lugar de semanas y, lo más importante, reducir considerablemente la contaminación.
En este sentido, el metano es el componente principal del gas natural, que se considera como una fuente de energía limpia. El metano es el segundo mayor contribuyente del calentamiento global después del dióxido de carbono (C02).
El ‘IBM 5 en 5’ está basado en predicciones de los expertos de la compañía tecnológica. Pero no son pronósticos vacíos. En anteriores ediciones ya vaticinaron las Smart Cities, la revolución de las compras online, las pantallas táctiles, la capacidad de los ordenadores para distinguir entre olores y sabores, o la creación de patrones visuales a partir de un pixel. Todas ellas se han cumplido.
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